Si hay algo que sé que me cuesta es la decoración de mi
casa. No me sale con facilidad y siempre encuentro un pero. Cuando nos mudamos
hace 4 años atrás estábamos muy enfocados en cosas muy básicas que nos
faltaban, por ejemplo el piso del living. Y además de eso estábamos financieramente
arruinados y físicamente agotados.
Pasada esa etapa pusimos mucha atención en el exterior, el
césped, las plantas, el gazebo de madera, luego la pile.
Y el interior se empezó a deteriorar, aparecieron manchas de
humedad de todo tipo, pintura que se caía, revoque que se salía… un desastre.
Este año nos pusimos las pilas en corregir todo lo que
merecía albañilería y luego deparó en pintar el interior de la casa nuevamente
lo que nos habilitó a hacer algunas compras que teníamos trabadas con el
pensamiento (“hasta que no arreglemos las paredes no vamos a hacer esto o lo
otro”). Compramos una lámpara de pie que es un hit, unos sillones para el
living, banquetas para la barra y la única luminaria que nos faltaba. También
cambiamos la heladera que lo veníamos postergando hace un montón.
Con la pintura anterior nos permitimos modificar algunos
colores que en su momento elegimos para una casa que no conocíamos y ante la
oportunidad decidimos repensarlos. La chiquita quiso que su cuarto fuera
exactamente igual! Si bien todavía no los compré quiere los mismos vinilos y
quiso los mismos colores para las paredes.
SALIR DE MI ZONA DE CONFORT
Así que me de repente me encontré con una casa renovada, el
espíritu recargado y se me apareció como un lienzo en blanco en el que puedo
comenzar un nuevo dibujo. Pero yo no sé o no sabía ni por dónde empezar. Hasta
que abrí Conquistá
tu casa, el libro de María Tórtora, la autora de Casa Chaucha. No es un
típico libro de decoración sino un juego donde no solo te enseña los trucos
sino te enseña cómo jugar. Primero lo leí de principio a fin (es muy llevadero)
y ahora estoy haciendo paso a paso los 13 desafíos que propone como si fuera un
video juego en el que vas pasando de pantallas.
Yo estoy en la primera parte que es la que te orienta a
buscar tu estilo personal. Para ello en la primera misión invita a divagar un
poco con tu casa ideal, pensar qué cosas modificarías de tu casa actual. Ya en
la segunda misión la búsqueda es identificar los espacios de la casa que más
usamos, los elementos estructurales que te gustan de tu casa y los que no, las
cosas que funcionan como así también
identificar tus talentos, tus propias trabas, tus deseos y tus “villanos”.
Actualmente estoy en la misión 3 que es la que te ayuda a encontrar
tu estilo personal. El objetivo es romper con los estereotipos de revista o
Instagram y encontrar nuestro estilo en función de las cosas que nos gustan,
los temas que nos atraen, incluso las casas que recordás con alegría.
A la larga pienso pasar a la acción primero con mi cuarto
que está totalmente desangelado. Pero voy sin impaciencia… transitando el
proceso muy lentamente. Por lo pronto ya apliqué algunos disparadores que me
sirvieron.
- En una parte dice que una casa
con flores es una casa en la que vive alguien. Así que compré un lindo florero
y durante un par de semanas compré flores. Pero las dos última semanas me di
cuenta de que podía armar floreros con flores y ramas de mi jardín. Y me
encanta como quedan
- Entendí lo importante que es la
iluminación. En casa hay luces que nunca prendemos así que fui jugando con
distintas combinaciones
- Pararme a mirar ciertos rincones,
ciertos objetos y decidir si valía la pena que estén ahí o si se tenían que
retirar (para siempre o un tiempo) o cambiar de lugar. Incluso cambié algunas
macetas de lugar y me da placer pasar ahora y observar los pequeñísimos
cambios. Por ejemplo con el cambio de heladera volé un montón de cosas que
tenía pegadas con imanes, e incluso los imanes y queda 10 veces mejor.
- Pero sobre todo aprendí que mi
casa es mía, que se habita si se siente propia, que decorar no es una actividad
separada de disfrutar. Es decir, pude asociar el hecho de embellecer mi casa
con disfrute en lugar de padecimiento o dificultad.