lunes, 6 de agosto de 2018

La República de los Niños


Para mí ser mamá es en parte también querer que mi hija visite los lugares de mi infancia. Así que en los últimos años convencí a mi marido de hacer algunas excursiones a lugares que para él no son nada, y para mí son un puente entre mi yo niña y mi hija. Un cruce entre el recuerdo y la realidad.
El sábado fuimos a la República de los Niños, en Gonnet, de la que yo recordaba apenas algunas cosas, ya que fui cuando tenía 5 años.


 La República de los niños fue un regalo del gobernador de la provincia de Buenos Aires a Evita, quien no llegó a participar de su inauguración porque ya estaba muy enferma. Es considerado el primer parque temático educativo de latinoamérica, compuesto por 35 edificios en un predio de más de 50 hectáreas. Una obra dantesca del mejor peronismo que hoy representa acaso una metáfora del vaciamiento de las instituciones del estado, porque muchas de esas edificaciones están vacías o cerradas. Sin embargo, tras muchos años de abandono, hoy se encuentra con un mantenimiento aceptable y vale la pena visitarlo.



¿Que hay para recorrer?

A ingresar al predio nos encontramos con lo que se llama el Centro Cívico. Allí están los edificios principales, muchos de ellos inspirados en grande sobras arquitectónicas de escala mundial.
Primero está la casa de gobierno, un palacio donde encontramos unas cuantas salas cerradas que representan a los Ministerios. Además del cartel hay algunos elementos que se dejan ver tras una puerta de vidrio (por ejemplo en el de salud, una foto de Favaloro y una jeringa enorme, y no mucho más). La atracción principal, además de la fachada, es una maqueta que está en el hall principal con la casa de gobierno, la plaza de mayo y el Cabildo y un humilde servidor que se ofrece a realizar un video con tu celular mediante el cual la maqueta cobra vida.

La Casa de Gobierno

Luego hay otro edificio (El Palacio de Cultura), que por fuera simula el Taj Majal, y por dentro el patio de la Alambra, donde hay emplazado un museo de muñecos de varios países. Por lo demás en los demás edificios la propuesta es poca y en algunos nula: hay banco, iglesia, estación de tren y una ex comisaría, donde una amable representante de la Defensoría del pueblo nos contó de cómo habían resignificado ese espacio.


Pasado el centro cívico hay una granja, un parque de atracciones, un mini circo con dos funciones diarias, muchas plazas en muy buen estado, variedad de oferta gastronómica y un amplísimo parque para sentarse a hacer un picnic. También hay un espacio de aerolíneas con un avión al que se puede acceder y un simulador. Y hay un bello lago, con un barco que zarpa cada 15 minutos. 
Desde la estación sale un trencito que recorre todo el predio que el día que nosotros fuimos no funcionaba. También hay un anfiteatro, un patinódromo, un polideportivo y seguramente me olvido de algo porque la República, es muy amplia!




Vale la pena
En síntesis, disfrutamos mucho el día en un lugar que sin dudas es único pero que alberga en su interior una gran metáfora del país. Una obra pública quizás desproporcionada, impactante en su enormidad pero con una gestión cultural bastante modesta. No podíamos dejar de pensar en el enorme esfuerzo que debe significar para la Municipalidad de La Plata mantener semejante predio.  Quizás al vivir en Rosario estamos acostumbrados a la propuesta que encierra el Tríptico de la infancia y otros espacios que el gobierno socialista mantiene con una propuesta totalmente diferente lo cual nos llevó a comparar todo el tiempo.



De cualquier manera está bueno contar con un espacio de ese nivel, con una entrada super accesible.
Cuando nos íbamos nos encontramos con una banda

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