El año pasado conté que tenía algunos problemas con las fiestas. Debo decir que no se han ido, que no soy la más motivada poniendo cosas rojas y doradas por la vida.... Pero este año decidí enrollarme menos con todo lo que no me gusta.
Por primera vez, armé un arbolito en mi casa (uno mini, pero arbolito al fin) que fuimos a comprar con la peque. Anoche escribimos entre las dos una cartita para Papá Noel que hoy llevaremos. Fue idea mía y yo la ayudé con el sobre y todo eso. Conste que para mí eso ya es todo un esfuerzo de onda navideña
Pero pensaba que la etapa de la ilusión navideña dura muy poco: antes de los 3 el rollo es muy complicado para entenderlo y cuando te querés acordar los chicos están haciendo el novio.... Y ahí fue que dije, comencemos ahora.
Ayer me puse a pensar que no todo es negativo para "las fiestas", que es clima de excepción, un ambiente más movido, un sacudón a la movida cotidiana en todos los días previos. Por ejemplo,
- Suelen venir de visita algunos amigos que viven en el exterior. Y recibir esas visitas siempre es hermoso.
- Uno recibe y da regalos. No solo los del arbolito: es época de canastas navideñas, de agradecimiento champagne mediante, de acordarse de los demás y pensarles un regalito por todo lo que hicieron durante el año. Y más allá del rollo de las compras navideñas, también en un punto es lindo pensar un regalo para cada sobrino, para cada familia. Aunque te vaya medio aguinaldo en ello.
- Es época de brindis, de pensar deseos para uno y para los otros. Épocas en que el almanaque se resetea y te da una fuerza imaginaria para empezar la cuenta de nuevo, para volver a fijarte una ves más esas metas. Y para pararte un toque a pensar qué hiciste estos 12 meses.
- Tiempo de reuniones, de comidas ricas que capaz que comes una vez al año, de manteles especiales. Pero también tiempo de juntarse con amigos a despedir el año. Acá ponemos nuestros rituales en marcha con el grupete que me festeja y la despedida de año tiene fecha y rutinas que no se alteran, estemos las que estemos.
Y entonces pienso qué es lo que más me rompe las bolas de las fiestas y me doy cuenta que son los conflictos entre las personas que salen a la luz, que se ponen arriba de la mesa, al lado del turrón. Que si la suegra de tu hermana, que si el marido de tu tía. Así que miraré la escena con ojos de niño, esperando que Papá Noel me traiga el tiempo libre que le pedí....
Buena, muy buena, Nochebuena
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Adhiero a lo que decís! todos los conflictos en esta épca son por que quedan al descubierto los conflictos que tapamos el resto del año. Que dificil conciliar, lograr pasar estas fechas con la gente que uno realmente quiere!
ResponderEliminarbesos!
Ufff, a mí también me pudren las fiestas, la "alegría obligatoria" y todo eso. En casa, arbolito sólo por los niños, que igual la pasan con su papá. El 31 es otra cosa.
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