Teníamos un Peugeot 504 amarillo, con tapizados de pana
color bordeaux. Como era a nafta y en casa había un 404 un poco destartalado
gasolero, el 504 se usaba poco, era un “artículo de lujo” como decía mi vieja.
Los sábados a la noche mi papá nos llevaba a dar vueltas por
la avenida después de cenar. Escuchábamos música en un pasacassette. En la
discografía había: uno azul de los Wawancó, un par de cassettes de chistes de
Landrisina, uno o dos de los Parchis, el de "Argentina es nuestro hogar" y el de
Pimpinella que tenía “Pega la vuelta”. Ah y el de la Pantera rosa.
Si nos portábamos
bien, nos bajaba en un quiosco de la YPF (uno de los pocos que había abierto a esa hora) y
nos comprábamos un alfajor Suchard.
De todo eso pasaron casi 30 años. La mayoría de los casettes
se fueron en la guantera cuando se vendió el 504 y donde estaba el quiosco
ahora hay un AM PM. No sé qué fue de la vida del quiosquero que ya conocía
nuestros gustos.
Pero ayer sentí una alegría enorme cuando vi que finalmente
y, a pedido del público, volvió el alfajor Suchard.
Está tan rico como antes. Intacto en su sabor, tanto como mi
nostalgia.
Qué lindo! nunca me gustó ese alfajor pero me encantan las historias de la melancolía de la infancia :)
ResponderEliminarAmo ese alfajor.. realmente, de los que mas me gustaban.. mucho mas que todas las versiones triples que vinieron despues.. nada como ese!
ResponderEliminarbeso
No se si existen las casualidades,pero ayer caminando ,ya cansada y a poco de llegar a destino,con la mirada rastreando baches para esquivar en las veredas de mi ciudad,asomo de entre la hojarasca un papel de tonos reconocidoas en mi memoria,y realmente tuve un flashback,al ver el envoltorio de "esos"alfajores, de mi juventud,y oh! casualidad entro en tu blog y veo tu referencia respecto a los mismos,y lo menos que pude hacer es compartir mi alegria por aquellos recuerdos ...
ResponderEliminarqué bueno! me encantan estas coincidencias!
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