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Pasamos años y años hablando del tema. Tardes de domingo,
días en la playa. La pregunta era siempre la misma, cómo hacer para tener
nuestra casa. Al principio vivimos de prestado en los 30 metros de mi
departamento de estudiante. Hasta que el Evatest dio positivo y nos recibimos
de inquilinos. En el mientras tanto probamos varias alternativas que no
resultaron, desde inscribirnos en un Plan de viviendas cooperativo hasta
tramitar un crédito de compra. Nada nos llevaba a donde queríamos y nos parecía
una meta inalcanzable.
Un día abrí un sobre que había llegado para una antigua
inquilina de la casa en la que vivíamos pensando que era una revista. Era un
folleto de un loteo y por joder le dije a él: te tengo la posta. Me acuerdo con
precisión de ese día. Era un sábado soleado de invierno, el primer torneo del Fútbol
para todos, los primeros meses con la nena, lo cual había aumentado nuestra
preocupación por no tener casa propia. Desde ahí una cosa trajo la otra: al día
siguiente fuimos a ver el lugar, contamos hasta la última moneda, compramos una
promesa, vimos como en ese campo se bosquejaba un barrio, se trazaban las
calles, se plantaban los árboles. Nosotros contratamos un arquitecto, hicimos
los planos y pasamos de la idea de una inversión a nuestra futura casa. LO que
en su momento fue el terreno, en mayodel año pasado empezó a llamarse la obra
y hace unas semanas que nos animamos a decirle casa.
Entre el folleto y el día de hoy pasaron 4 años. Nos parece
mentira cuando miramos lo que hicimos y no podemos creer que sea palpable y no
sea el Autocad del arquitecto. Pasamos nervios, peleas, negociaciones con
proveedores, ansiedades. Adquirimos saberes sobre aberturas, caños, pisos,
pinturas, luminarias. Nos transformamos en patrones a la fuerza. Nos endeudamos
como nunca en nuestra vida lo hicimos y a esta altura ya dejamos de
preocuparnos porque sabemos que va a durar años.
Pero nosotros, que pensamos que estábamos condenados
generacionalmente a ser inquilinos for ever and ever pese a laburar todo el
puto día, finalmente estamos a 10 días de llegar a casa. A nuestra casa. A la
casa en la que podré sacar las plantas de las macetas y dejarlas echar raíces
con calma. A la casa en la que podremos clavar los cuadros. Al cambio de
domicilio definitivo. Allí sueño con mi huerta y la compostera. Allí este día
del niño estrenaremos el “tolobán” que ella siempre quiso.
Para llegar a esto, que claramente era nuestro objetivo
desde hace muchos años, la idea fija, tuvimos que sacrificar otras cosas y
adaptarnos a la circunstancias. La principal concesión fue la lejanía. Nos
vamos a nuestra casa, con patio verde, pero queda a 30 minutos de nuestros
trabajos, allá donde el diablo perdió el poncho y donde no llega el colectivo. Eso
será todo un cambio para los tres. Y esa es la parte que me asusta, más que las
deudas. De aquí en más nuestra organización familiar será otra. Y supongo que
nos adaptaremos a eso, a vivir sin vecinos y sin Internet.
Mis sentimientos son cruzados: tengo una enorme satisfacción
porque hayamos podido alcanzar juntos este objetivo. Una convicción de que sí,
se puede, que deseo transmitir a todas aquellas personas que persiguen este
sueño. Si nosotros pudimos, van a poder. También tengo miedo a este gran cambio
y ansiedad por saber cómo será todo. Pero bueno, lo cierto es que en pocos días comienza otra historia para nosotros.
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viernes, 16 de agosto de 2013
Llegar a casa
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Lecturas
Florencia Ferramondo's books
adoré este libro. Me la pasé hablando de él. Tal es así que se lo hice leer a varias personas. Es el primer libro que leo del autor y también de una historia situada en Afganistán. Triste, conmovedor, durísimo pero hermoso. Trenzando his...
Felicitaciones!!! Que lindo que el esfuerzo rinda sus frutos y estén a tan pocos días de concretar ese sueño.. que lo disfruten! Realmente es genial tener un lugar propio. Muy bueno que se hayan animado a esa aventura del loteo, el diseño de la casa, las obras, etc
ResponderEliminarMe causa gracia lo de que queda lejos por estar a 30 minutos de los trabajos.. Yo tengo el doble de viaje todos los días, y eso que estoy apenas a algunos barrios de distancia.. pero bueno, Buenos Aires es una ciudad grande y ya estamos acostumbrados a que para moverse de un lado a otro hay que armarse de paciencia y tiempo..
Buen fin de semana.. beso
Yo tengo una mente pueblerina, me crié yendo a la escuela caminando y acá en Rosario siempre viví cerca del centro. gracias por pasar!
EliminarComo dice la propaganda, criar hijos en un lugar tranqui, con pastito, no tiene precio!!
ResponderEliminar(ssshhhh, 30 minutos de viaje no asusta a ningún porteño)
Disfruten mucho su casa nueva!!!
que alegria leer esto! saber que es posible!!!! te deseo toda la felicidad del mundo en TU casa!!!!!!!
ResponderEliminarPiel de gallina y un felicitaciones a los tres por hacer que el intento sea un puedo! Los felicito desde el alma!
ResponderEliminargracias ami!!!
EliminarAplausos por los sueños y por la garra!!!
ResponderEliminarA disfrutar el tolobán!!! :)
pd. te deje un regalito x mi blog! beso!
Gracias Ivana! si podés pasame el link porque no puedo entrar....besos
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