Había redes. Facebook seguro porque yo subí fotos de
embarazada. Pero quizás no las usábamos tanto como ahora, o no todos tenían
cuenta por entonces, no me acuerdo.
Yo mandé un mail desde mi Hotmail para anunciar a amigos,
familiares y compañeros de trabajo que habías nacido, con 5 fotos adjuntas.
Muchos me respondieron y guardé esos mails en una carpetita aparte para
atesorarlos.
No quisiste video de recuerdo para tu XV y me quedé con las
ganas de hacerlo. Si hasta tenía el guion preparado. Porque me gusta recordar cada uno de
los años que nos trajeron hasta acá. Pasa siempre que con cada cumple voy
pensando cómo fue el día antes, pegar con las chicas los vinilos de tu cuarto,
romper bolsa, ir a internarse. Hago esa cuenta regresiva hasta llegar a las 6
de la mañana donde nos conocimos las caras.
Pero no es solo nacer y luego corte por montaje libre y
cumplir XV. Son miles de días, momentos, pero sobre todo me gusta pensarlos
como etapas. La maternidad es un aprendizaje constante y cada momento supone un
desafío nuevo, pero sobre todo supone también oportunidades diferentes de disfrutar.
¿Qué edad tiene el hijo que uno se imagina antes de tenerlo?
¿Es un bebé que duerme poco? ¿es un deambulador a quien se lleva de la mano
para que aprenda a caminar? ¿O a lo sumo es una nena a la que se le hacen
trenzas para ir al jardín? (¡ohhh la publicidad y su retórica!).
En mi mente no tenías mucho más que eso. No eras adolescente
y me querías publicar en MarketPlace porque te cargo con el rakataka. Tampoco
jugabas al vóley y te encantaba, ni te escribías todo el tiempo con tus amigas
por todo. Y sin embargo todo eso me encanta y me desafía
En cada etapa se duda y se aprende. Recuerdo ese nudo en la garganta
de las primeras semanas, esa emoción constante que me desbordaba, me sobraba el
cuerpo que, además, no reconocía como propio. No era ni la de la panza ni la de
antes de la panza. Tenía esas ganas de compartirlo todo, y a su vez estábamos
las dos solas todo el día, encerradas. Y yo que trataba de poner en palabas lo
que después supe que se decía inefable.
Me maravilló tanto, luego, entender todo lo que tenías por
descubrir. Todas las primeras veces que iban a venir. Aun lo que parece más básico
e instintivo como comer, hablar o caminar estaba todo por hacerse a tu modo. Y
me encantó ayudarte o estar ahí para darte al menos una idea, una guía.
Vinieron instituciones luego: guardería, peloteros, escuela,
clases extraescolares. Vinieron tus viajes a Pergamino sin nosotros, tus
pijamadas en las casas de otros y me encantó que tu mundo no se llenara nada
más que de nosotros dos. Que fuera más amplio, más diverso.
Mucho después vino la pandemia y fue un cambio que atravesó
otro cambio y aceleró quizás todo. Dos fuerzas arrolladoras que se
superpusieron. Entraste nena y saliste preadolescente. Primero me desorientó
todo, pero luego entendí que tenía que volver a aprender. A intentar acompañar
distinto, en un rol más de costado, pero el doble de atentos. Aceptar que cada
vez te conocemos menos, que hay una parte de vos que se va blindando a nuestra
mirada y que a su vez eso es lo que necesitas para poder seguir creciendo. La
diversidad ya no es nosotros y el resto del mundo sino al revés. Hay un resto
de tu mundo que ya pasa a ser solo tuyo.
Me angustia un poco la adolescencia, ese esfuerzo que se
hace a esa edad por encajar, por lograr aceptación, dudar de todo. A veces
quiero que pase, que ganes seguridad, que puedas “morir con la tuya”. Pero sé
también que cada etapa es necesaria en tu formación, que se necesita desarmar,
ser arcilla, para que puedas armarte a tu propia forma.
Llegará el momento de ir entrando en una vida más adulta que
supongo será la de aceptar tus propias decisiones y tus convicciones. También a
la larga saber que no siempre vamos a vivir juntos. Ese es el futuro, pero en
el hoy:
-
Sos buena alumna, responsable, independiente
(eso es lo que me pone más orgullosa) y pese a que te quejes por deporte, creo
que te gusta ir a la escuela, a esa escuela.
-
Hace 3 años empezaste vóley y eso me encanta.
Aprendiste lo que es un club, hiciste nuevas amigas, cambiaste este año de
grupo, que no es fácil el que tocó, y lo diste todo por ser parte, por mejorar.
-
Tenés tus amigas de vóley, de la escuela y del
barrio. Me encantan verlas cuando se juntan y se matan de risa. Ojalá siempre
tengas amigos con quien contar y reírte. Eso lo siento y pienso desde el día 1.
-
Pasas mucho tiempo con el celu, principalmente
viendo reels y con unos jueguitos medio pavotes. Eso me cuesta un montón
aceptar. Ya no lees más.
-
Pasas mucho tiempo en tu habitación, pero bajas
siempre para las comidas y meriendas y también cada tanto para estar con
nosotros o mimar a Licha o Jeri. Pero estás bastante en la tuya, eso lo acepto
bastante. La Florencia adolescente se refleja ahí.
-
A veces viajamos solas a Pergamino o Buenos Aires,
charlamos ahí bastante, sos buena copiloto.
-
Seguís con guitarra y si bien jamás tocás en
casa, te gusta ese espacio.
-
Te preocupa tu pelo, tus uñas y elegir tu ropa,
entre las pocas pilchas que tenés. Se vienen toda una serie de cumpleaños de XV
con el que empezaremos a nutrir tu guardarropas. Queres ir a Flores, a la calle Avellaneda a comprate cosas.
-
Este año sumaste tu propia cuenta en Mercado
Pago y los viajes sola a Roldán. Son pequeños hitos de libertad que vamos midiendo
y otorgando. Parte de forjar confianza entre nosotros. Cuesta a veces, pero
especialmente por el contexto externo. Tengo plena confianza en vos.
Escribo esto dos días antes de tu cumple, pero porque el sábado
son los quince, pero además es el quince, así en singular. Que quiere decir que
es la fiesta de tus quince. Fiesta que armamos durante el último año y que por
estas horas me tiene muerta de ansiedad. Armamos entre las dos esta
celebración, como hemos armado los últimos 10 cumpleaños.
Esta vez, claro, es especialísima. Disfruté mucho el proceso.
El book de fotos, el vestido, pensar la decoración, elegir proveedores y salón.
No fue fácil, pero lo hiciste fácil. No pediste demasiado, menos quizás de lo
que yo hubiese puesto si por mí fuera. Tuviste pocos caprichos, como siempre
hasta ahora.
Nada deseo más en el mundo que la recontra disfrutes. Vos
principalmente, y también las personas que nos acompañarán ese día. Pero eso es
para esta noche, para el quince, para generar ese recuerdo fuerte que nos
quedará a todos como hito de la memoria y las fotos.
Y luego para los quince pido para vos mucha diversión, amor
propio y cuidado compartido. Que te rodee el afecto y la contención. Que el
mundo te desafíe, pero no te asuste. Que tengas ganas, que pongas garra porque
casi nada viene dado solo y nosotros estamos aprendiendo a dejar de ser proveedores
full time. Que haya redes para vos, no solo las del celu. Redes para apoyarte,
para cuidarte y para poder dar saltos. Redes que te permitan reflejarte, que
seas parte de tu tribu. Que tengas confianza de equipo para reírte y disfrutar.
Que tengas a quien pedir consejo y ayuda, incluso me encantaría que alguna vez
seamos nosotros, aunque sé que tal vez no ocurra. No importa. Lo que me importa
es que tengas en quién confiar.
Que seas siempre buena gente, de eso no te vas a arrepentir
nunca. Estoy convencida.