Este año tuve que hacer unos cuantos viajes en avión por
laburo. Si bien fueron todos de cabotaje, entre que te sentás y aterrizás te da
un buen tiempito libre, que cuanto antes pase mejor. El avión es uno de los
poquitísimos lugares donde no puedo dormir. Con lo cual algunos viajes
aproveché a tejer (por suerte existen las agujas plásticas!!!) y después me dio
por leer.
En alguna época –allá lejos y hace tanto tiempo- leía a
montones, sobre todo en la adolescencia. Me pasaba la siesta devorando lo que
sacaba de la biblioteca (me acuerdo de los de Elsa Bornemann y Alma Maritano de
la Colección El Altillo, por ejemplo, de algunos de Poldy Bird, Laura Devetach,
entre otros) y además mi tía me prestaba los Best sellers de Emecé. Esos
primeros libros de adolescentes junto con el estímulo de mi entrañable
profesora de Literatura de la secundaria,
me llevaron de a poco a otras lecturas: desde Benedetti, Cortázar,
Borges hasta las obras de teatro de García Lorca (Doña Rosita la soltera,
Yerma, La casa de Bernarda Alba, pufff…. Se me amontonan los recuerdos.
Aquella fue la época dorada de la lectura. Iba a la escuela
por la mañana. Llegaba y me sentaba a la mesa lista de mi vieja y con el último
bocado (como toda adolescente que se precie de al, obvio que ni siquiera me
preocupaba en ayudar a levantar la mesa) me iba a la planta alta de la casa.
Hacía la tarea en pocos minutos y luego me tiraba en el sillón a leer durante
la siesta. Qué placer!!!! Santo placer. Nunca más en la vida tuve tanto tiempo
para dedicarme a leer literatura. Claro está que leí mucho en la facultad, pero
ya no ficción.
Desde entonces las vacaciones significaron mis pequeñas
revanchas literarias. Cuando todavía éramos pareja sin hijos, nuestras
vacaciones dilectas siempre fueron tirarnos en algún lugar bello (ejemplo, Lago
Traful) con reposera, mate y libros. Hemos pasado tardes enteras cada cual en
su lectura, que luego compartíamos intercambiando libros. Hoy tenemos hija, y
menos vacaciones, pero igual procuramos llevarnos siempre algún librito en la
valija.
El resto del año, debo confesarlo que en el único lugar y
momento donde leo es en el baño #yaestalodije. Eso implica que rara vez me
engancho con los libros, porque leo de a una hoja por día, con suerte. Entonces
prefiero dedicarme a las dos revistas que compro: La Mujer de mi Vida y la
Orsai.
Este año que pude leer dos libros de un saque, recuperé esa
sensación de placer por la lectura fluida. Sentí con claridad cómo se removían
mis neuronas, sumidas allá en su letargo. Fui feliz enfrascada en mi lectura,
volando hacia otros mundos y otras vidas. Cuánto más se disfruta la lectura
así!
LOS LIBROS DEL 2013
En la primera parte del año venía leyendo en mi trono:
- Las
recetas secretas de Frida – Alexandra Scheiman. Me lo regaló mi esposo para
mi cumple del año pasado respetando la tradición de regalarnos siempre un libro
y algo más para cada cumple. Tuve gran expectativa cuando lo vi, pero la verdad
es que no me enganchó. Combina partes de la vida de Frida, con las recetas que
ella prepara en sus banquetes tras un pacto que hace con la muerte. Me recordó
a Como Agua para Chocolate. No me enganchó mucho la forma en la que está
escrito, pero le daría una segunda oportunidad. Por ahora volvió a la
biblioteca.
- Y un Manual
de Jardinería que también me regaló él para Navidad. Muy lindo, pero súper
técnico y pensado para la agricultura en el otro hemisferio. Intenté leerlo de
corrido como niña aplicada que soy, y lo abandoné en la mitad.
-
Compre Más
respeto que soy tu madre, de Hernán Casciari. La verdad que no me pareció
ni para leer en el baño. Y eso que a Casciari lo adoro.
Y entonces llegaron los viajes….
-
Primero manoteé de la biblioteca un libro que yo
le había regalado a él y no se enganchó: Gabriela,
clavo y canela, de Jorge Amado. En unas vacaciones leímos de Amado “Tocaia
Grande” y los dos quedamos enamorados de ese libro. Luego exploramos otros
libros del autor bahiano y creo que llega un momento que todos los libros de
Amado se parecen. Al principio no me terminaba de enganchar con los personajes,
pero llegó un momento que Amado me agarró del cuello, me metió en la historia y
no me dejó en paz hasta llegar al punto final.
-
Luego llegó el día de la madre y él me regaló Los Enamorados, de Alfred Hayes. Lo empecé a
leer en un vuelo a Mendoza. Llegué al hotel, tiré el bolso sobre la cama y
hasta que no lo terminé no me pude levantar. Es un libro breve, pero no
recuerdo haber leído demasiados libros enteros en un mismo dia. Me encantó. Lo
recomiendo fervorosamente.
-
Y por último arranqué con El Buda de los Suburbios, de Hanif Kureishi, que es lo que estoy
leyendo ahora. Ahí vamos, no me agarró del cuello pero tampoco me dan ganas de
abandonarlo. Ambientado en Londres, en los años 70, te situa en un momento
particular y está bueno ver cómo los personajes viven contemporáneamente con
todos aquellos cambios y turbulencias culturales. Pero creo que su protagonista
no se va a amigar nunca conmigo… Igual lo voy a tratar de seguir, pero ya los
viajes terminaron y los tiempos se hacen más salteados….
La semana pasada Marina, de Solo para Mí, habló del tema de
la lectura y entre los comentarios hay muchos recomendados para tener en
cuenta.
Ojalá siempre pudiéramos encontrar un momento en el día para
poder leer un rato, no?
Y uds.? qué están leyendo???
ah pero sos una genia flor! decis que casi no lees y tenes "una lista"!!!
ResponderEliminarcreo que lo ultimo que lei fue uno de allende cuando estaba recién embarazada de Pía... y libros, ol vi da te Ivana, completamente afuera de mi repertorio actual de madre jaja
(con allende me pasaba eso que decis, de leer y leer hasta terminarlo...!)
besos!
pd. igual me tento el de Frida!
tengo la ventaja que tengo una sola hija y además que viajé por laburo, es decir, sin familia jaja.
EliminarMe acuerdo que cuando leí La Casa de los espíritus no podía dejarlo. Y leí Paula en unas vacaciones, moqueando sin poder parar en Punta Mogotes... jaja
En mi lista de compras tengo agendado: Un comunista en calzoncillos (Claudia Piñeiro), Nadar desnudas (Carla Guelfembeim), Hot Sur (Laura Restrepo) y Mitos 5 (Felipe Pigna). Todavía no leí ninguno pero son todos autores que me encantan. Y Marcela Serrano y Isabel Allende, siempre. Beso!!!!
ResponderEliminarLinda lista. No conozco a Carla Guelfembein, ahora voy a investigar...
Eliminarcuando los leas contame qué tal te trataron
Uy no leí ningunode ellos... aunque al de Kureishi le di una oportunidad y no pudimos, ni él ni yo entablar una relación. =)
ResponderEliminarAcabo de leer Seda de Baricco. MUY lindo.
TE lo recomiendo!
c.
Será Kurieshi o será ese libro? mis amigas me lo super recomendaron como que era "el" autor....
EliminarA mi me pasó lo mismo! leía mucho en mi infancia (me mató leer poldy bird) y si te digo que a la luna de miel también llevamos libros me crees???? jaja...
ResponderEliminarLeí los de amado y después del 4to libro dije basta! jaja pero igual me gustaron.
Ahora me enganché con Florencia Bonelli, llevo 4 y la verdad es que es increíble... no dejes de leer los caballos de fuego, previa lectura de lo que dicen tus ojos...
un beso!
Todavía no leí nada de Florencia Bonelli, pero ya escuché varias recomendaciones.... gracias!
EliminarYo no tuve luna de miel, pero creo que hubiera llevado libros, sin dudas, jaja
Buen post!!! me llevo un par de sugerencias. Y unas ganas renovadas de leer. Por suerte ya llegan las vacaciones y es un buen momento para aprovechar. Y si, me transformé en una de esas personas que leen sólo en vacaciones!! Mentirita... leo todo el año, pero poco. Ahora estoy leyendo un libro sobre los ntercambios postales entre Maria Elena Walsh y Victoria Ocampo que es una maravilla, con fotos y escritos de cada una. Y tengo ganas de agarrar El Grant Gatsby que acaba de soltar mi maridito.
ResponderEliminarVoy a lo de Marina a chusmear que hay.
Beso!
me das curiosidad con lo de las cartas entre María Elena y Victoria Ocampo... El Gran Gatsby no lo leí! siempre falta tiempo y sobran ganas eh!
EliminarNo te lo pierdas! el libro se llama Maria Elena Walsh en la casa de Doña Disparate.
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