Como saben de sobra quienes me conocen, a mí me encanta que me regalen plantas, sobre todo si son "hijitos/gajitos" de personas que quiero.
Hace dos años viajamos a Villa General Belgrano y dando una vuelta descubrí en un alambrado una planta de pasionaria. Estaba llena de flores. Me encantó. Pensé en volver con la cámara de fotos pero los días que siguieron fueron de lluvia y nos fuimos para La Cumbre.
Al poco tiempo encontré esta planta en el mundo web y supe que científicamente se llama Passiflora caerulea, pero también flor de la pasión, pasionaria, mburucuyá en guaraní, entre otros nombres populares que recibe en los distintos lugares de latinoamérica. Después de eso me la crucé otras veces y desde lejos la reconocía por sus flores y sus frutos naranja.
Hay varias leyendas sobre la planta, desde convicciones católicas que ven allí la pasión de cristo, hasta historias de guaraníes, donde la planta encierra la desolación de una doncella española enamorada de un aborigen.
Hay varias leyendas sobre la planta, desde convicciones católicas que ven allí la pasión de cristo, hasta historias de guaraníes, donde la planta encierra la desolación de una doncella española enamorada de un aborigen.
La cosa es que comenzamos la casa, hacemos alambrado, se hace la obra y cuando nos estábamos por mudar encuentro una enredadera en el alambrado. Miro las hojas y veo algo conocido.... así como así, de la nada, aparece una pasionaria en mi casa!!!
No les puedo explicar mi alegría cuando empezó a florecer.
Cierto es que por la zona hay otras plantas y que los pájaros transportan las semillas y que blablabla.... pero yo quiero creer que alguien me la mandó de regalo.
No les puedo explicar mi alegría cuando empezó a florecer.
Cierto es que por la zona hay otras plantas y que los pájaros transportan las semillas y que blablabla.... pero yo quiero creer que alguien me la mandó de regalo.
Mis abuelas adoraban sus jardines. Las dos tenían hermosas plantas y de las dos tengo recuerdos con los que hoy me identifico. A Dorita, la abuela paterna, la recuerdo culo pa rriba (con su culo redondo y sus piernas anchas, tan parecidas a las mías...) sacando yuyos entre las rosas, peleando siempre contra los caracoles y babosas. Maruca, la materna, se sentaba en un banquito y con su tijera oxidada recortaba el césped, en ese patio donde había laureles de jardín, granadas y quinotos.
Mi mamá me contó hace poco que tiene una mancha alargada de nacimiento en el pecho y que de chica le decían que era un antojo de mbrucuyá. Así que pienso que capaz que es un regalo de Maruca, que sigue antojada...
divina! me encanta esa enredadera!
ResponderEliminarque regalo te mandó! ;)
besos!!
Viste? las abuelas siempre hacen lindos regalos ... jaja
EliminarQué suerte! también con la pasionaria se hace un tecito relajante, yo lo usaba cuando tenía dolor de muela de juicio, ojo que es potente!
ResponderEliminarQue hermosa historia! Me hiciste acordar, cuando yo era pequeña las veía más que ahora por las casas.
ResponderEliminarYo siempre pienso que de un modo u otro los abuelos siempre nos visitan y nos dan claros signos para que sepamos que son ellos ♥ es hermoso de la manera que se te manifesto a vos! :)
Besos!
Que linda historia! y que linda planta... tenía una en la terraza que no sobrevivió, y desde ese momento no me animo a reincidir (soy una mata plantas culposa... por suerte tengo otras que crecen sanas y fuerrrrrtes!)
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