Soy adicta a las castañas de cajú. Cuando como una no puedo parar.
Hace algunos años trabajaba en un estudio de Comunicación y Diseño que inicialmente funcionaba en la casa de su director. Un día, estando yo sola, abro la heladera y había una pequeña latita abierta con castañas saladas. Yo dije “masí, si saco una no se va a notar”. Y volví a mi escritorio. Pero las castañas me llamaban, con lo cual repetí la acción unas cuantas veces. A punto tal que cuando me di cuenta me había bajado una cantidad notable de la lata.
Nunca se lo confesé a mi jefe. Tampoco repuse el contenido de la lata.
"Hablo de mí porque es el hombre que tengo más a mano." Miguel de Unamuno (1864 - 1936)
"Hablo de mí porque es el hombre que tengo más a mano." Miguel de Unamuno (1864 - 1936)
Me gustó tu confesión!!! Y nunca te dijo nada tu jefe? Tal vez ni se dio cuenta.
ResponderEliminarSon riquísimas las castañas de caju.. tienen ese saladito sabroso… mmm..
Últimamente compro en una dietética un preparado de castañas, pasas de uva, nueces, pistachos.. que rico! Se convirtió en una de mis colaciones preferidas, para acompañar en la oficina un cafecito.
Beso
Jaja morí con la anécdota! no te acompaño en tu debilidad,no soy muy fan de los frutos secos
ResponderEliminarBeso grande!
Qué espanto lo tuyo.
ResponderEliminarYo hago lo mismo con cuanta golosina anda suelta en esta casa. Javi ya sabe, no se queja, no sé qué onda... o no come golosinas o se las proveerá alguien fuera de casa?? Mmmm para reflexionar :P
Qué rico!!! (yo nunca compro porque sé que empiezo y no voy a poder parar!!)
ResponderEliminara mi me pasa con las galletas gramix
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