jueves, 14 de junio de 2012

Tachame la doble

La vida se va consumiendo poco a poco con el paso del tiempo. Y con esto no estoy revelando nada. Quizás tan solo estoy tratando de charlar conmigo mismo, de hacerme recapacitar. Cuando pasé los treinta empecé a sentir que la vida se ralentizaba. Siento que con el tiempo voy perdiendo cierta intensidad. Que no aprovecho los días que transcurren o bien, que dentro de un tiempo me voy a arrepentir de ciertas cosas que debería estar a haciendo ahora mismo, en este tramo de mi vida, y no me doy cuenta.

A los 28 comenzamos un proyecto en pareja y ya las decisiones sobre lo que hacer o lo que no comenzaron a tener un socio. Para mí fue un enorme desafío y muchas veces me llenaba de frustraciones pensando en el momento que estaba haciendo aquello, preferiría haber estado haciendo aquello otro. Con el tiempo, este sentimiento tendió a desaparecer casi por completo. No sé si porque empecé a resignar cosas de las que estaban en “aquello otro” o bien porque “aquello otro” dejó de interesarme, quedó en otra época. Comencé a despedirme de las vidas que no iba a vivir.

A los 32 me convertí en mamá y la “agenda setting” pasó a manos de la pequeña tirana. Ella define las prioridades de los libres y cambió todos los parámetros con los cuales definimos los tiempos ocupados. A su vez resignificó todas las evaluaciones que he hecho sobre mí misma, sobre mi vida, mis logros y mis desaciertos.

Hace poco me di cuenta de que he vivido mayormente como si todo esto fuera un ensayo, como si para todas las elecciones hubiera una segunda oportunidad en caso de error. Como si existiera el CTRL Z que te permita volver a atrás y agarrar el otro camino. Y luego, zaz, ahí te das cuenta de que las decisiones importantes son irreversibles, o en el mejor de los casos, muy duras de reversar. Sólo tuve en claro el carácter definitivo de la decisión, antes de ser mamá, lo cual me permitió prepararme para tal desafío y tomar más de un recaudo.

Y aunque parezca lo contrario, todo esto no tiene que ver con arrepentirme de lo que he hecho. Puede ser capaz arrepentirme de lo que no he hecho, o de lo que debí hacer más o mejor. O quizás de no haber sido lo suficientemente consciente de cómo he condicionado en el pasado mi actual presente o mi futuro. Hay un momento en el que está todo por decidirse, y en otro momento todo ya esta dado, lo que no fue no va a poder ser.

http://www.flickr.com/photos/spanishalex/6057149541/

Bueno, eso, tipoquenada, el día pegó de mates y melancolía. De ganas de hacer algo trascendente. De miedo al Game Over. De necesidad de encontrar la punta del ovillo. O de que me está por venir.

PD: motivaron en parte la emergencia de estas reflexiones pensar en la Procastinación y en las batallas que uno pelea. No sé si agradecerles a Ann y a Marina o hacerles pagar las sesiones de terapia… Cuando les digo que me dejan pensando...me dejan pensando.

6 comentarios:

  1. Tengo 34 y te entiendo muchísimo. Antes de los 20 uno se siente inimputable, la idea de mortalidad no existe.Pero los años pasan, ser madre, se va tomando conciencia que todo es efímero, que hay que actuar, vivir la vida,no ser un espectador de lo que pasa.
    Beso!

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  2. ay que linda entrada, me dejaste pensando y eso que yo las supero y estoy pisando los 40.
    Creo que me quedo con eso de "arrepentirse de lo que uno NO hizo" y agrego el "aun".
    es dificil, lo sé pero hay que intentar al mango de poder disfrutar de las elecciones que hacemos, no volvernos loca pensando y re pensandolas pero si disfrutarlas.
    la ganas de hacer algo trascendente tambien las tengo, las entiendo, pero vos ya hiciste algo asi: ser mamá. no?

    besos!

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  3. Hola gracias por tu visita a mi casita
    ten bonito dia
    Mesh

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  4. Uyyy mi blog no pretende hacer pensar a nadie! Jajaja

    Besos Flor, espero que ya te haya venido :P

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    Respuestas
    1. jaja, sí sí, me vino. Y hacete cargo Ann que siempre nos dejás pensando!!! beso!

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  5. Uf para pensar y mucho. En principio está bueno que te hayas hecho el tiempo para pensarlo y escribirlo. Beso

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Cada nuevo comentario que llega me motiva a seguir con este espacio. Gracias por pasar!

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