Durante el mes de enero el jardín maternal al que llevo a mi hija desde los tres meses cerró por reformas. Yo me enteré muy al pasar unas semanas antes cuando la mamá de una compañerita me lo comentó en un cumple y casi me atraganto con el sandwichito de miga. El jardín cerrado se me apareció como un abismo. ¿Qué íbamos a hacer con la criatura durante todo ese tiempo?
Analizamos el tema colonia, y no nos convencía. Los horarios no iban bien con los nuestros, sumado a la complejidad que no vivimos en la misma ciudad en la que trabajamos. Además la criatura en cuestión no sabe nadar. Eso ya me daba dolor de panza de solo pensarlo.
Finalmente el mes transcurrió con una semana en casa de la abuela, con prima banca tutti de compañía, una semana de vacaciones yo, otra vino mi santa suegra y otra semana se tomó el papá. Si bien el plan al principio parecía una locura, resultó bien como para que la pequeña aprovechara a dormir hasta las 10 y vivir casi el mes entero en ojotas y calzones.
En febrero reabrió la guarde, así que el lunes retomamos al Plan A, que es el único que tenemos. Serán unas pocas semanas. A fin de mes ya comienza el jardín en la escuela con todo lo que ello implica.
Este será sin dudas uno de los temas del año en mi rol de mamá. Cambiar de un jardín maternal y su cordial flexibilidad a una escuela con extensión horaria. Cambiar de compañeros. Cambiar las madres conocidas y solidarias por otras que ni me imagino.
Y acompañarla a ella en ese cambio. De la sala chiquita con 14 amigitos a la sala grande con 30 niños. Del jardín donde la conocen hasta los vecinos al espacio de una escuela, donde la imagino anónima. De la tranquilidad de la seño que te avisa hasta si la ve un poco triste a otras caras, otras maestras que no sé como son, cómo serán con ella.
Y acompañarla a ella en ese cambio. De la sala chiquita con 14 amigitos a la sala grande con 30 niños. Del jardín donde la conocen hasta los vecinos al espacio de una escuela, donde la imagino anónima. De la tranquilidad de la seño que te avisa hasta si la ve un poco triste a otras caras, otras maestras que no sé como son, cómo serán con ella.
Debo confesar que estoy más ansiosa que ella, con una lista de pendientes que me abruma. Hay que conseguir certificados, comprar nuevos uniformes y otros menesteres en los que andamos varios para esta época del año. Haciendo magia con la billetera y la agenda. Pero lo que más me intriga son las relaciones, cómo serán esas familias que mandar a sus hijos allí, cómo la "formará" la escuela, qué tan pronto podrá hacerse nuevos amigos (en el jardín maternal hizo un amigo inseparable, con el que tiene adoración y al que le preocupa no volver a ver). ´
Él me dice "no dramatices". Claro está que igual duermo de noche, pero es eso, ando con esto en la cabeza, con esa ansiedad de querer saber ya cómo será todo. Con la ilusión de poder encontrar en la escuela al menos parte de ese aliado con la vida laboral que fue el jardín maternal....
Él me dice "no dramatices". Claro está que igual duermo de noche, pero es eso, ando con esto en la cabeza, con esa ansiedad de querer saber ya cómo será todo. Con la ilusión de poder encontrar en la escuela al menos parte de ese aliado con la vida laboral que fue el jardín maternal....
Uh que cambio! mi enano empieza en marzo el jardín y me preocupan casi las mismas cosas!
ResponderEliminarMajito! hagamos catarsis!!!!
Eliminaray cómo te entiendo! pia empieza salita de 4 y por primera vez va a estar horas fuera de casa. Yo me siento como si fuera que se va a la universidad a 500km!
ResponderEliminarbesazos!
Va a pasarla super seguramente. Yo ya me acostumbré a tenerla en el jardín más de 8 horas. El año pasado hasta se quedaron un día a dormir! Hagamos terapia bloguera!
Eliminarsiii jajajaj :)
EliminarChicas no se piensen tanto.Mi sobri (con historia complicada también, vive a 220 km de Rosario, donde vivimos las dos flias., materna y paterna y papás separados), el año pasado pasó del maternal al jardín de 5 y a pesar de todo lo que pensábamos los adultos, ella se super adaptó, se hizo de nuevos amiguitos. De vez en cuando invita a los amigos del maternal a jugar a la casa y tomar la leche...El tema de las mamás amigas creo que cuesta más (por lo que cuenta mi cuñada), más porque ella también trabaja en las afuera de la ciudad y no le queda mucho tiempo de hacer sociales y estas mamás se conocen de la sala de 4...pero la nena de 10!, a Dios gracia!. Suerte!!!...Cariños.
ResponderEliminarVerónica, me das un mensaje esperanzador! Gracias!
EliminarYo estuve a punto de cambiarlo a un jardín de infantes pero al final lo dejé en el mismo maternal donde ya estaba.... igual no tengo mamis amiguis ni me siento tan contenida ni nada, así que no sé si hubiese sufrido las mismas cosas que vos. Solo me queda mandarte ánimos! Todo va a andar bien, seguro! Besos
ResponderEliminarDemasiados cambios para el pobre Geno!!! Yo no frecuento la puerta del jardín, pero este año y el anterior vinieron los cumples, y con ello la "mesa de las mamás". No nos juntamos a comer ni a tomar café cuando salimos del jardín, pero está más de una vez alguna se ofreció a llevarla a un cumple o a llevársela a jugar a su casa cuando yo no llegaba a retirarla o estaba de viaje... Y eso está bueno, sobre todo para alguien que no tiene familia cerca.... Ya les contaré
EliminarEs un paso difíci, pero transitable!! cuando mi peque pasó del maternal al "jardin/colegio" fue tremendo para mí y absolutamente natural para ella. Obvio que es importante que las maestras sean copadas, y que el colegio también. Todavía me sorprende saber que en un jardín con 3 salas de 2 a 5 años, de entre 20 y 30 chicos por sala, los docentes sepan los nombres de todos!!!
ResponderEliminarY las mamás es un mundo aparte... lo que toca, toca, la suerte es loca!