A veces pasa en esos días de laburo que te encuentran aburrida, agobiada o más bien al pedo y dan ganas de un recreo a la pantalla (para mí no existe el laburo si no implica compu e internet).
Los lunes parece que la mañana va lenta, le cuesta arrancar, ponerse en movimiento. Uno alterna así como al boleo entre los 78 mails sin leer, los quilombos que aparecieron el viernes a última hora, pero siente que no puede tomar los temas con la fuerza necesaria
Para esos días les recomiendo estos sitios como:
Peinate que viene gente: me lo recomendó una amiga cordobesa. Su autor es José Playo, licenciado en comunicación y escritor quien participó de una popular revista cordobesa con el mismo nombre. Desde que leí aquel artículo me suscribí por mail para que me avise cuando hay algo nuevo en Peinate. Así accedí a relatos, cuentos, siempre entretenidos, me los devoré. En la página pueden acceder a varias entradas sobre Tapas horribles de discos, pero no las recomiendo para horarios de trabajo porque se te va a escapar la risita delatora.
El primer post que leí se llamaba Oda a los cobardes, una puteada con estilo para todos aquellos que se van de vacaciones la primera quincena de enero, mientras vos te quedás muriéndote de calor en la gran ciudad.
Muy pronto los dados saldrán furiosos del cubilete a encontrarlos. La suerte hará una cabriola y deberán regresar. Habrán de volver sobre sus pasos: bolsos, rutas, peajes, la segunda quincena a contrapelo de la ciudad que los ve regresar.
Los esperaremos, en el dintel de la oficina, con la corbata floja y los ojos varicosos. Ustedes llegarán tostados y nosotros estaremos verdes. Ustedes olerán bien y nosotros no.
Les corresponderemos el abrazo. Les diremos que nos alegra que la hayan pasado bien.
Esperaremos a que suban las fotos a sus Facebooks. Después les palmearemos la espalda y nos mandaremos a mudar.
Por si todavía no se convencieron, va otra recomendación. La entrada se llama “Recibirse de boludo”. Más allá del desopilante relato que hace Playo de un accidente dóméstico, hay un párrafo que me quedó presente:
Hay una cosa que nadie dice respecto de la paternidad y es que los hijos —no sé bien por qué— atraen gente. Son como imanes que acercan abuelos, tíos, amigos, conocidos, vendedores de biblias, carteros perdidos y soderos. A mi casa caen a montones y se turnan para golpear la puerta uno tras otro sin cesar. Las interrupciones me dan por el centro de las pelotas, no porque me crea Miguel Ángel o Dalí, sino porque me cuesta un huevo y la mitad del otro concentrarme. Soy como Homero Simpson, que ve pasar una mosca y grita “IUJÚ” y sale corriendo, entonces cuando el chispazo de una idea se me cruza por la cabeza y no clavo culo en silla en el acto para trabajarla, la pierdo. Eso me genera mucha angustia. Vivo muy angustiado por las cosas que olvido, pero estoy empezando a acostumbrarme.
Podría pegar el blog entero, pero no tiene sentido, así que pasen por Peinate. Espero que les guste, en siguientes post les paso algunos favoritos más. Y si tiene algo por el estilo para recomendar, será bienvenido!
Agendaré el sitio para visitarlo tranqui :)
ResponderEliminarSaludo.
Dale, después contame qué te pareció. Besos
EliminarYa me voy a visitarlo, gracias por la recomendación!
ResponderEliminarbuena semana!
Ya me lo agendé! ("son cosas mías" lo conocés?)
ResponderEliminarGRacias Irene, ya lo agregué para seguirlo :)
EliminarHoy encontré este y me acordé de vos:
ResponderEliminarhttp://www.semeapagoelpiloto.com.ar/
Besote!
Muy bueno! este me gustó más que son cosas mías. Me maté de risa! beso
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