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miércoles, 11 de septiembre de 2019

Se fueron los 42




Así como no quiere la cosa, ya estoy devengando mis 44! 😱😱

El año pasado para esta fecha armé una lista de cosas para hacer antes de cumplir mis 43. Volví a buscarla pensando que iba a perder por goleada, pero me doy cuenta que no estuvo tan mal este tránsito por mis 42.


Acá va el resumen:


La huerta en verano. Calabazas por todos lados



Plantas: ¡Bien ahí!

Mantuve la huerta todo este año y ya está todo preparado de cara a la primavera que se avecina. También puse en marcha el orden de los cactus y suculentas. Estuve pintando las macetas para uniformarlas un poco (creería que voy por la mitad) y encargué una estantería hermosa para poner las macetas que ya no entran en las ventanas. Cuando llegó la estantería me di cuenta que además de las 80 plantas que tengo, tenía un montón de gajitos hechos para regalar, así que las publiqué en Whatsapp y fueron todas adoptadas: #clubdelgajito a full.




Manualidades: flojísimo

No aprendí técnicas nuevas y este año estuve poco manual. Empecé a tejer una campera para Amparo, pero es candidata a quedar en el abandono. 


 La decoración de la casa: ¡cómo me cuesta!

La falta de ideas, de tiempo no son ya excusas. Evidentemente arreglar mi casa es un tema que me cuesta mucho. Finalmente hice los muebles del lavadero que tenía pendiente desde que nos mudamos y también pusimos mesas y sillas nuevas afuera y armamos un espacio que disfrutamos muchísimo. También puse las cortinas en las habitaciones, 5 años después de mudarme. Tengo mil proyectos en mente, pero no avanzo con ninguno. 


Lavadero en orden
Lecturas: La idea era uno por mes, y creo que en eso vengo bien.

Hay momentos que me despego de la lectura o me quedo trancada con algún libro, pero cuando fluye por ahí me bajo una novela por fin de semana. 

Museo de Ciencias



Pilates y bici: ¡sí se puede!

Hice Pilates Reformer hasta marzo y ahí sentí que necesitaba hacer algo nuevo. Después de mucho batallar di con una profe espectacular que da una mezcla de Pilates en el piso con funcional. Nunca en la vida me había enganchado tanto con una actividad. El uso de la bici no es tan fluido, pero a veces salgo con Amparo y lo disfruto mucho. 

En el Centro Cultura Recoleta, el día que lo reinauguraron


Viajes y paseos: punto a favor

En septiembre fuimos al norte y en marzo al sur (Villa La Angostura, Puerto Varas y Villa Traful). Dos viajes hermosos, que disfrutamos muchísimo en familia. No hicimos finalmente escapadas durante los fines de semana, nos cuesta mucho salir de casa. 

Este año conocimos abrió la Franja al Río en Rosario, con su galpón de La Mutualidad que nos encanta

Eventualmente, yo aproveché para turistear un poco las veces que viajé a Bs. As. por laburo y también turisteamos con la peque algunas veces en Rosario. Me había propuesto ir a 4 recitales, pero creo que salvo Divididos y Silvio Rodríguez, no fui a ningún otro. La realidad es que cada vez cuesta más salir de casa.

Puerto Varas, una delicia


Probé la copa menstrual y es un sí definitivo. Ahora voy por los paños de tela para el resto del mes. Y de a poco estoy tratando de reducir al máximo la generación de basura: además de separar los reciclables y de compostar, estamos haciendo ecobotellas con los plásticos de un solo uso. Y viendo además cómo reducir lo que va a la botella. Y de ahí vienen las ganas de decirle adiós a los carefree. 

Primera ecobotella


La planificación de la cocina semanal, funciona a intervalos irregulares. Encontré un sistema usando Wunderlist pero no soy muy aplicada para su uso.


Profesionalmente fue el año en que volví a trabajar como comunicadora, sin duda, una de las marcas de mis 42. Y fue un cambio buenísimo, estoy muy contenta con lo que hago. Una de las cosas que perdí en estos años de no ejercer es la capacidad de redactar bien, así que estuve tomando un curso, pero la idea es seguir laburando ese tema y debería reordenar un poco la perspectiva laboral.


La felicidad de volver a Traful

 A modo de síntesis de estos 42 que dejé atrás, puedo decir que fue un año de mantener varia de las cosas personales logradas. Con una hija más grandecita, estamos más ordenados y menos crispados. Algunos quilombos de la familia ampliada nos dejaron por momentos emocionalmente desgastados, pero entre nosotros tres hacemos un frente de batalla consistente. Hay aguante.

De a ratos me amigué con la idea de correr todo el tiempo en la cinta. Creo que es parte de la vida activa del ser adulto. Laburás, tenés una familia, vivís a 25 kilómetros del laburo, es difícil para la pelota todo el tiempo. Solo por momentos se consigue: los fines de semana en casa, y algunos momentos del día, por ejemplo, el rato antes de la cena que gané cuando Amparo comenzó a bañarse sola. Pero lo cierto que este es el ritmo y hay que encontrarle las pausas o la plenitud ahí. No va a parar, no por ahora porque viene con todo lo demás que elegimos, y eso no quiero que cambie. Pero sí quiero tener algunos momentos de reflexión, de mirarme un poco, y en ese sentido espero que la escritura sea un medio para ello. Y que este espacio sea el dispositivo donde dejarlo guardado para poder volver a revisar esas ideas.



 
Un día conocí el jardín japonés. Buen lugar para parar la motoneta un rato





lunes, 15 de junio de 2015

Estuve en penitencia

(Antes que nada, gracias infinitas por todas las palabras que me dejaron en el post anterior, significaron mucho para mí, el proceso está en marcha)

Ahora, sí, a lo que iba. A principios de este año ordenando muebles, encontré un bolso con una manta abandonada y un montón de lana. Sí, ahí estaba la manta que empecé a hacer para mi hija antes de mudarme, es decir, hace dos años. En el medio me quedé sin uno de los colores, tuve que reemplazarlo y reformular el proyecto. Pero siempre retomaba y surgía otra cosa y ahí quedaba abandonada. Así que cuando me reencontré con el bolso dije hasta que no termine con esto, no compro más lana. Me puse en penitencia.

Hasta ahí tenía unos 10 cuadrados y no sabía bien hasta dónde quería llegar. Pero seguí tejiendo, me llevé la manta de vacaciones, la traje al trabajo para tejer en los almuerzos, fue conmigo a la sala de espera de los médicos y tomó mucho sol por las tardes de los domingos. 

En abril Marina de Solo para mí armó un Club de tejido virtual y yo me "anoté" con la manta. Definí que quería llegar a 24 cuadrados y fui mostrando mis avances como para comprometerme con la finalización del proyecto. Pueden verlo en Instagram con el Hashtag #lamantaeterna

Este fin de semana la manta llegó a su fin!!!! con bordes y todo. Estoy conforme con el resultado aunque si la volviera a hacer no le pondría verde. 

Ya terminada la penitencia me puse a terminar unas pantuflas que tenía para la peque en curso. Estas pantuflas fueron un "permitido" en medio de la penitencia: cuando estaba de vacaciones compré esta lana pura con la idea de hacerme unas pantuflas para mí. Viste que una se lo pasa armando tableros en Pinterest, coleccionando patrones, comprando revistas. Bueno, a mí se me ocurrió empezar con las pantuflas en una cabaña sin Internet, así que tuve que ponerme creativa. 
Las pantuflas salieron bastante bien, solo que cuando estaba haciendo la planta me di cuenta de que eran pocos puntos para mí, así que se transformaron en unas pantuflas para mi hija, que seguramente las use más que yo, ya que adora andar en medias y esto es más o menos lo mismo. En las vacaciones había llegado hasta el tobillo pero como me sobró lana se las hice más tipo botita para que no se tiente tanto a andar en patas. No son la gran cosa pero estoy orgullosa de mi patrón inventado! 


Y ahora empezando a probar con los chalecos de Mamy a la Obra.La idea es hacer el canesú en crochet y el resto a dos agujas.... veremos si llego a terminarlo antes de que nazca la beba destinataria.
 
Y ustedes, ¿andan tejiendo algo? Como digo siempre, el tejido es terapéutico. A mí me encanta sentarme al sol y tejer en silencio. Mi mente vuela, me despeja un montón. 
Besos!!!

Lecturas

Florencia Ferramondo's books

Mil soles espléndidos
it was amazing
adoré este libro. Me la pasé hablando de él. Tal es así que se lo hice leer a varias personas. Es el primer libro que leo del autor y también de una historia situada en Afganistán. Triste, conmovedor, durísimo pero hermoso. Trenzando his...

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