- Ropa comprada hecha: Eso era la gloria!!! que hubiera un casamiento u ocasión super especial y mi mamá me compraba un vestido de la marca Piruetas. El resto era ropa de la modista. Mi mamá no cose ni teníamos abuela que nos cosiera. Con lo cual la ropa la hacía Nelly, la modista, entre Lemans y Lemans. Me acuerdo a la perfección la sala de espera con las revistas Burda, el imán que usaba como alfiletero y la mesa de su "consultorio" llena de cortes de género, anotaciones, un despelote infernal. Con lo cual era raro que la ropa nueva tuviera etiqueta. La ropa de marca la heredábamos mayormente de mi prima. Primero la usaba ella, luego mi hermana, y luego yo. En caso de prendas unisex, la cadena de sucesión incluía también a los primos varones y a mi hermano. Y así he llegado a usar pantalones con pitucones y camisas Wrangler a cuadros....
La modista sí que nos hacía unos modeletes.... no sé si eran idea de mi vieja o de la Nelly misma. Cierta vez nos hizo a mi hermana y a mí un conjunto compuesto por una pollera acampanada y un chalequito sastre pie de pull con una camisa de tafeta con chabot. El conjunto de mi hermana era marrón y el mío verde (obvio usé los dos equipos). Estábamos listas para entrar a la Lotería Nacional para hacer de niños cantores. Mi mamá los acompañaba por esas medias de hilo hasta la rodilla, que cuando te las sacaban te dejaban tatuado en el pie los dibujitos, y zapatos de cuero con presilla. Obviamente todo acompañado por dos colitas con coquitos.
Cumple de 4, yo soy la que está aplaudiendo. Ahí se puede apreciar el modelito de la niña cantora, con polera debajo y todo! Atentti la torta con flores de crepe hecha por mi tía. |
- Ser bonaerense. Vivir en una ciudad de la provincia de Buenos Aires implicaba para los cordobeces que eras un porteño y para los porteños que ibas a la escuela en sulky. Nosotros íbamos de vacaciones de invierno a Córdoba y odiaba que los porteñitos me preguntaban si en Pergamino había pavimento.
- Cumples sin pelotero: Por aquel entonces (a esta altura ya siento que estoy remontándome a 1810...) en Perga no había ni peloteros, ni casas de cumpleaños. Los cumples se festejaban en la casa, con algunos amigos de la escuela, los primos y los amigos del barrio (como jugábamos en la calle, aún existía la categoría "amigos del barrio"). La casa de mis viejos tiene un patio muy chiquito, con lo cual la actividad se desarrollaba en la vereda, jugando a "El Cartero", "Martín Pescador" o a alguna ronda. La abuela hacía pasteles, mi mamá hacía sandwiches de miga caseros, coca o jugo en jarra y las tortas que decoraba mi tía. Los platos descartables jamás se descartaban y se usaban uno y otro año para todas las fechas (todavía andan dando vuelta unos amarillos de mi comunión). Y cada cumple se volvía a colgar el mismo banderín de cartulina con el feliz cumple y los personajes de García Ferré.
Cumple de 7, en la puerta de casa. |