Esta es la historia de "El sueño de la casa propia". En mi caso debería escribir "lo que me quita el sueño".
Empezamos a darle vuelta al asunto desde el mismo momento en que nos fuimos a vivir juntos. Por entonces compartíamos el dpto. que mis viejos me prestaban en mi época de estudiante: chiquitito y de arriba. Buen combo para una pareja sola. En ese entonces, tirados en el sillón empezamos a anotar como excluyentes para nuestra casa propia un living con piso de madera y una cocina con mesada libre para amasar cómoda. Una casa para quedarse las tardes de invierno sentados en el sofá mirando las hojas del liquidámbar. Una casa para festejar los cumpleaños, donde caigan los amigos sin avisar. Una cucha para nosotros tres, para llegar y sacarnos los zapatos con alivio al reparo del lugar seguro.
Anduvimos muchos caminos y todavía no encontramos el que nos lleve definitivamente a la cucha sin alquiler. Tener una hija y unos 35 años en haber nos apura un poco de a ratos. Así que nos sentamos nuevamente cada tanto con el Excel, comenzamos las averiguaciones, los planes, las cuentas. Siempre falta poco, pero todavía no llega.
A veces pienso que heredamos de nuestros viejos el mandato familiar de la casa propia, pero no las posibilidades. Somos profesionales, trabajamos full time (en mi caso) y full time y más en el caso de él. Y sin embargo nunca llegamos ni siquiera a ver cerca la posibilidad de que esos planos se levanten en ladrillos. Sé que la historia es repetida y le pasa a miles de familias en este país. Una y otra vez decimos "no puede ser" y volvemos a intentarlo.
Ojalá que en este 2012 podamos poner las plantas donde puedan echar raíces con tranquilidad.
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Lecturas
Florencia Ferramondo's books
adoré este libro. Me la pasé hablando de él. Tal es así que se lo hice leer a varias personas. Es el primer libro que leo del autor y también de una historia situada en Afganistán. Triste, conmovedor, durísimo pero hermoso. Trenzando his...
Ojalá que sí, se les de. Ojalá.En el caso de ustedes huele más a deseo que a mandato, así que seguro lo van a lograr.
ResponderEliminarHoy ya casi nadie aspira a la cucha propia. Nosotros tenemos una, pero estirarnos a otra más grande se nos complica, como a todos.
Cuando festejan el consumo siempre pienso que la gente gasta en autos y celulares porque ya ni se atreve a soñar con su nidito personal, dejando atrás el nomadismo propiio de quienes alquilan. No sé, quizás internalicé demasiado el mandato...
Te mando un beso enorme y cruzo los dedos por estos dos profesionales, apasionados, que laburan full time y, sobre todo, se quieren full time. Besos!
c.
Gracias Ceci por tus palabras. Pienso igual que vos con el tema del consumo. A veces también caemos en ese "ma sí...compremos la cámara de fotos". A veces pensamos que en algo le estamos errando, y después ves que hay tantas familias en la misma que por lo menos te consuela saber que es algo generacional.
ResponderEliminartu casita se parece a la mía, eso de mesada grande para la cocina es un sueño...
ResponderEliminarLa nuestra también debería tener una chimenea, total, pedir es gratis.
Sí, el pedido de la mesada no debe faltar. Igualmente después una se arregla y termina estirando la masa de los tallarines en la soga de la ropa, no? Y lo de la chimenea es el sueño de cualquiera que le guste la vida de hogar eh! Besos
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