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martes, 20 de diciembre de 2022

3 estrellas

 Diciembre intenso, más que nunca

    de mundial, de días de mucho calor que te desploman y otros de frescura primaveral que acarician

    de fin de primaria, graduación y viaje de egresados

    de recital de El Amor Después del amor, 30 años después, el mismo deleite. 




*

El mundial me encontró bastante escéptica al principio. Se habló tanto en la previa, que las figuritas, que la scalonetta, elegir creer, las coincidencias, el último mundial de Messi. Amparo en un momento muy futbolero y Fede como siempre, sosteniendo que si por él fuese se tomaría el mes entero para ver todos los partidos. Yo sin poder sentarme tanto delante del televisor, solo vi un cachito del primer tiempo del primer partido. El que Argentina perdió. Luego me quedé afuera, primero por resistencia y ya después por cábala. 

No soy capaz de sostener la atención a las jugadas de ningún deporte, me cuelgo, miro otros detalles del estadio, de la pauta, de las medias de los jugadores, la gente de la tribuna. Pero me encanta la mística, la abuela lalalalalá, los pibitos emocionados, la gente que sale a festejar, sí a festejar algo, no a protestar, no a reclamar, no a marchar por derechos. A festejar. A compartir felicidad, a usar los mismos colores. Nosotras mismas salimos con Amparo acá en Roldán y sinceramente me dolió no tener más conocidos con quien abrazarse. Estábamos las dos solas en una multitud en el que apenas conocíamos algunas caras pero sin la confianza ni la desfachatez para abrazarnos a un festejo general. Extrañé poder estar en San Nicolás y Avenida, la esquina de mis festejos pergaminenses donde recuerdo haber salido algunas veces en el 94, a la esquina de Pinet, donde alguien me dijo te veo esta noche en Specktra. 

Desde el domingo a las 3 de la tarde se vive en un estado de euforia y exaltación. No se puede hablar de otra cosa. Podés pasarte horas mirando la tonelada de contenido que se generó en las redes. Me sorprende con qué velocidad se hicieron cosas tan geniales. 


*

Amparo terminó su primaria. A último momento supimos que era escolta de su curso. Obviamente que el reconocimiento está re bueno pero lo que más nos alegró con Fede es darnos cuenta que en 7 años jamás le tuvimos que decir que estudie o haga la tarea. Fue responsable 100% de su primaria, de llevar las cosas adelante con esmero, con dedicación. Y espero que ese capital la acompañe en los ciclos que siga. 

Viajó a Carlos Paz con sus compañeros y nos llenó de alegría tanto las fotos y videos que recibimos durante el viaje como su relato pormenorizado a la vuelta, lleno de entusiasmo. Es tan lindo saber que disfrutan, que generan este tipo de aventuras y no sentirse mal porque no sean con nosotros. 

Ayer tuvimos la cena de cierre con las familias. Una noche hermosa, sin estridencias, pero con mucha amabilidad. No tengo amigas con todas las letras en el grupo de las mamás pero sí compinches. Fuimos tribu durante estos 9 años para compartirnos, datos, claves de zoom, angustias, preocupaciones, memes, chismes. En fin... siempre es bueno tejer redes. Pienso siempre que en breve Amparo será adolescente. Esas familias serán también quienes la busquen a la salida de un boliche o donde se quede a dormir o incluso comparta unas vacaciones. Me costó un poco al principio vencer los prejuicios de mandarla a un colegio privado. Hoy siento que eso no importa tanto, que las familias son como nosotros, gente de trabajo, de clase media, muchos de pueblo. 

*

Fito Paez realiza su gira con El Amor Después del Amor, uno de los mejores discos, sin dudas, del rock nacional. Un disco que le canta a una generación, pero que es clásico, es música popular. Fuimos con Fede a verlo y la verdad que fue super movilizante. Mezcla de recuerdos con euforia. Bailar, cantar a coro, sentir que esas canciones son la banda de sonido de tu vida. Mi primer disco fue de Fito y mi primer concierto también. Muchos años después estar ahí con Fede, en una noche de verano rabioso... fue tan lindo. Hay cosas que te ayudan a vivir. 


Además de esas estrellas:

* Mis viejos cumplieron 52 años de casado y hubo asado familiar hermoso y tuvimos cumple 50 de Mauro. 

* Circulantes ganó un premio Obrar y fuimos a buscarlo

* Hubo muestra de guitarra (once again) y campamento 

y recién estamos a día 20..... 

hay momentos que sentís que no pasa nada... y otros como estos que las emociones te arrasan. 

martes, 2 de septiembre de 2014

León



www.elcastigodeadanyeva.blogspot.com

Era fines de noviembre del 2008 y estábamos en la oficina que luego siempre sería la de “calle Moreno”. Ella vino un día y me dijo que me notaba más pechugona. Fue así como se enteró anticipadamente de que Amparo estaba en camino.
La oficina tenía dos compartimientos de durlok que daban al oeste. Yo estaba a cargo de la comunicación institucional en el que daba para el norte, y ella en el sur se ocupaba de los temas contables. Compartió el día a día de mi embarazo, sintiendo patadas y hablándole a quien entonces llamábamos Rodolfo, y solo en febrero supimos que era Amparo.
Por aquellos años mechábamos trabajo con confidencias, recomendaciones de música y médicos, almuerzos en el tupper y de a poco nos hicimos amigas. Cuando volví de mi licencia ella tenía una foto de mi hija bostezando como fondo de pantalla.
Esa persona increíble que el trabajo me dio la dicha de conocer de a poco fue armando un plan con el que dejó atrás una carrera que nunca terminó de elegir y cambió de país. Se fue a España durante dos años y luego al sur de Francia. El año pasado vino de visitas y volvimos a las charlas, a recordar lo lindo que es tener su compañía.
Regresó a Europa para darle una oportunidad al amor: un amor joven, guapo y francés a quien había conocido en Machu Pichu, cuando todavía estábamos en la oficina de calle Moreno. Una historia de película. Una apuesta fuerte.
Unos meses después, yo estaba en la oficina en la que trabajo ahora, con compañías que muchas veces me hacen añorar aquellas otras, y las líneas de Whatsapp se me amontonaban más rápido que lo que me daba la lectura y la emoción. Allí supe que de su embarazo casi al mismo tiempo que ella.
Durante todos estos meses de mi invierno rosarino y su verano en el norte de Francia, compartí a la distancia su embarazo, teclado mediante. A mi modo quise agradecerle con 5 años de delay toda aquella compañía, ese día a día. Las tecnologías te hacen sentir tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.
El sábado a la mañana lloré de emoción sentada en la cama al ver las fotos de León recién nacido, tan parecido a ella, tan guapo. Al mismo tiempo me atravesó la impotencia que sentí por no poder alzarlo, olerlo, sentirlo. Pero más todavía por no poder abrazarla a ella y decirle que se merece nada más que lo mejor.

jueves, 8 de agosto de 2013

#fuerza Rosario

El martes cuando llegamos a la oficina nos pusimos a comentar lo poco que habíamos visto de los Martín Fierro. No alcanzamos a chusmear toda la galería de fotos cuando de repente sentimos un ruido impresionante, temblaron las ventanas, se movió el edificio, comenzaron a sonar las alarmas. No entendíamos nada, salimos al balcón, nos miramos unos con otros. A los pocos minutos mediante el Twitter del Blackberry (los sitios web colapsaron enseguida) comenzamos a saber, a desentrañar qué había pasado.
Desde ese martes a las 09.40 esta ciudad que me adopta vive en vilo. Mucha gente se mueve sigilosa con lágrimas en los ojos. El impacto es grande, se siente en el cuerpo y en el alma. No hemos salido todavía de ese sacudón. Ese estallido nos tiene aún temblando.
Mi obsesión está ahora en saber noticias de las 11 personas que aún permanecen desaparecidas, presumiblemente bajo la montaña de escombros que dejó la torre al derrumbarse. No puedo mucho más que chequear las noticias a cada rato, actualizar el Twitter, prender la radio apenas subo al auto. Las caras de esos familiares sentados al cordón de la vereda te atraviesan el alma. El empeño de los encargados del rescate que trabajan con precaución pero sin descanso. Miles de voluntarios, funcionarios funcionando y la gente atenta, expectante.
Pienso en los milagros, me vienen las historias de los sobrevivientes del Tsunami, de los mineros de chile y trato de tener fe.
#fuerzarosario, fuerza para toda la gente que la tragedia los tocó de cerca, les destruyó lo más querido.

Lecturas

Florencia Ferramondo's books

Mil soles espléndidos
it was amazing
adoré este libro. Me la pasé hablando de él. Tal es así que se lo hice leer a varias personas. Es el primer libro que leo del autor y también de una historia situada en Afganistán. Triste, conmovedor, durísimo pero hermoso. Trenzando his...

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