martes, 17 de abril de 2012

La venganza de Eva

Mi hija está atravesando muchos cambios. No sólo está dejando los pañales por propia decisión (yo había estado tratando de tentarla con pelela y bombachitas durante el verano con poco éxito, y cuando yo bajé los brazos ella decidió que era hora del cambio) sino que también la convencí de que si se tomaba la mamadera para ir a dormir se le ensuciaban los dientes recién lavados (o recién pintados, como dice ella, al fin y al cabo, entre pincel y cepillo no hay tanta diferencia).
La cosa es que se generó espontáneamente la rutina de que es su papá quien la acompaña a dormir, le cuenta un cuentito inventado y le tiene la manito hasta que se duerma. Cuando él le dice, "Hoy vas a hacer noni con mamá" ella decide determinante "no, con papá". Generalmente todo es "con mamá" con lo cual esto para mí es la gloria. Esos 15/20 minutos que dura el ritual de la dormida son de oro, rinden el triple. Básicamente es eso, son 15 minutos para mí. Es el espacio para depilarme las cejas, chequear a veces Facebook o correos con el celu, bañarme en calma, darle unas vueltitas al tejido o dedicarme a las plantas, entre las mil cosas más que aprovecho para hacer. ¿No te pasa que se te ocurren mil cosas para hacer cuando tenés ese ratito a solas?
En los últimos meses a veces me siento un poco agobiada porque la niña se ha vuelto pura demanda: me lees, me pintás, me abrís, me cerras.... Y en caso de que esté haciendo algo viene la saga infinita de los porqué y el interrogatorio del paso a paso. Hay días que tengo tiempo, y juego a la protagonista de una propaganda de mayonesa y le explico cómo hago las milanesas, la dejo hacer montañitas con el pan rallado trepada a la sillita y todas esas cosas hermosas para las fotos y la tele, pero cuando son casi las nueve y todavía el tema cena está sin resolver... al menos a mí... la pedagogía se me va al tacho y sale aquello de andá a jugar mientras mamá termina....
Yo he sido una niñita muy independiente, de jugar sola, de encerrarme en la pieza con las muñecas y un poco la crié con ese modelo en mente. El hecho de que yo teletrabaje por la tarde la ha acostumbrado a jugar sola de a ratos, a hacer la suya. Pero parece que en los últimos meses quiere más de mi compañía. 

Parece que el universo ha compensado esta carga del día a día con unos 20 minutos para mí. No puedo más que estar agradecida!

7 comentarios:

  1. A ver, yo trato de que hagamos cosas "juntas", yo coso y la mayor ordena la caja de los botones (entiéndase: es imposible ya encontrar dos botones iguales. Si yo cocino ella se trae todo al lado mío y cocina comida imaginaria, etc.
    Y ni contarte cuando la menor está despierta, ahí si que no tengo tantas trampas. Es más fñacil de lo que crees con una, ni te explico lo que es tener dos minutos libres cuando tienes 2.
    Lo digo mientras escribo esto a las 0:26
    :)

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    1. jaja, ha llegado tu hora! Yo también trato de sumarla a las actividades cuando puedo. Y te digo que a veces hasta ayuda bastante: ordena las compras del super, me alcanza los broches cuando estoy en la soga, etc. Pero a veces 15 minutos de silencio cotizan en bolsa...y eso que tengo una sola!

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  2. no se como es con un niño, suena demandante aunque lindisimo.
    Que lindo es tener ese ratito para uno, no?
    yo maquino tanto que me invento cosas que jamas termino!!! jajaa.

    besos Flor!

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  3. Sólo 20 minutosssssss?
    OMG
    no sé si puedo ser mamá

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  4. Los chicos crecen, y la etapa demandante termina sin que te des cuenta... Y entonces se convierten en adolescentes y después sos vos la que está pendiente de ellos, si tiene crédito en el celu por qué no manda un mensajito para saber dónde está, y si sale a qué hora vuelve...etc etc, y más de una vez pensás lo lindo que era cuando lo tenías en el corralito encerrado jajaaja

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    1. Es verdad Eli, con lo controladora que soy, calculo que esa época va a ser dificilísima para mí!

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Cada nuevo comentario que llega me motiva a seguir con este espacio. Gracias por pasar!

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