miércoles, 10 de octubre de 2018

The constant complainer....

Me venía preguntando por qué me hago tanto drama por las cosas que pasan en el laburo. No necesariamente las que tienen que ver con mi laburo en sí mismo sino con aquellas de la vida institucional. Soy un bicho de corporaciones, trabajé en empresa casi toda mi vida laboral y siempre ando tratando de entender el tejido de las decisiones, de las suposiciones, persiguiendo los rumores. Es algo que me gustaría cambiar, o al menos mitigar. Porque creo que no me está haciendo bien ni a mí ni a lo que comparto con los que pasan tiempo conmigo, por decisión o por imposición (léase familia o compañeros de trabajo).
Me cuesta mucho encontrar un disfrute en el día a día laboral y eso que tengo un buen laburo, que si lo pienso analizándolo con calma me gusta, tengo buenas condiciones, no tengo más exigencias de las que puedo soportar. Es decir, está bueno. Ahora en el día a día vivo refunfuñando contra las tramas de la organización, con lo que hace el gerente o el CEO o lo que dicen o lo que dejan de decir. Me gustaría poder explicarme mejor las razones que provocan eso. Si es que solo me pasa a mí o es que todos estamos más o menos en ese tango constante y sonante de criticar aquello en lo que no podemos decidir.
Por lo pronto trataré de morderme un poco la lengua y aflojar a la catarsis del pasillo. Leyendo algunos artículos sobre este tema en uno decía que si querés abandonar la droga, tenés que empezar por dejar de juntarte con traficantes. Algo de eso tengo que aplicar.
Por otro lado también leía que cuando entras a quejarte terminás leyendo el mundo desde esa perspectiva negativa, lo que hace que veas las cosas más negativas todavía. Y así sucesivamente. Recordé que hace algunos años me regalaron el Libro de Estanislao Bachrach que se llama En Cambio y que luego abandoné, pero recuerdo que decía que el cerebro tiene muchas calles pero solo algunas están iluminadas, y solo nos movemos por las mismas calles. Es decir actuamos con la misma estructura de pensamiento en piloto automático.
Quizás deba andar otras calles, buscar otros caminos.

3 comentarios:

  1. Hola Flor!!! Es tal como decís, a veces hay que cambiar la mirada sobre un tema y aparecen nuevas perspectivas, y desde ahí se abren paso otras posibilidades (que no necesariamente signifiquen un cambio de trabajo, sobre todo si tenés cosas buenas ahi).
    Sabés que yo soy Coach, y desde el coaching hay muchas técnicas para dejar de juntarse con traficantes (me encantó la metafora!!). Quizás puedas encontrar alguien en el barrio que te acompañe en el proceso... pero sino Skype y yo, podemos ayudarte ;)
    Beso!

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    1. Gracias flor! sabés que cuando escribí este post pensé en vos, en algunos comentarios que me hiciste llegar generosamente en algunos post laborales. Tengo efectivamente una coach amiga por la zona, que me ayudó bastante dándome algunas técnicas o pistas de cómo desentrañar ciertos ovillos. Al menos encontrar las puntas.
      Mil gracias Flor, cualquier cosa ya sé por dónde encontrarte!!!!

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    2. Genial!! Siguiendo con las metáforas, una vez que encontrás la punta, es bastante más fácil desentrañar el ovillo. Y después ves si, con esa lana, podés tejer el sueter que tenían en mente o mejor pensar en alguna otra alternativa, je.
      Suerte con el proceso, nena. Ya avanzaste 5 casilleros poniendo el tema sobre la mesa!

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Cada nuevo comentario que llega me motiva a seguir con este espacio. Gracias por pasar!

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